a- Dios

A veces la conciencia me hace viajar hacia lugares donde me da vértigo estar. Cuando intento pensar en el espacio, en el de dónde venimos, hacia dónde vamos, acabo pensando que somos un espejismo en un vacio lleno de sueños e irrealidad. Durante toda mi vida he sido creyente, más o menos creía en el cristianismo, nunca fui católico. Según iba cumpliendo años, mi fe concreta se iba convirtiendo en un escepticismo agnóstico hacia el más allá. Hasta llegar un punto de obviar cualquier transcendencia del ser tras la muerte. No es que crea que no haya nada, es que ya me da igual. No creo que la vida sea ese valle de lágrimas que debamos pasar para llegar al paraíso.Ni que se tenga que renunciar a ciertas cosas para poder acceder a él. No creo en el pecado ni en la absolución. Creo que los actos siempre son relativos, el bien y el mal,no son absolutos, jamás. Todo depende de quien analice ese acto. Y si dios existe, por qué su criterio ha de ser el válido. Puede que nos hallemos ante un dios equivocado,con planteamientos de vida absurdos. Si dios quiere que deje de follar y hacer el amor porque considera que es inmoral, para mí está equivocado. Si quiere que deje de enamorarme y fijarme en hombres, va por mal camino (debería redimirse). Si quiere que deje el alcohol, la masturbación, la libertad de expresión, la razón, la ciencia. Va por mal camino. Y si dios es tan misericordioso, cuanto menos me dejaría que yo le pudiese explicar por qué creo que eso no influye en la bondaz u honradez de una persona. Ni en su destino, ni en su credo. Pero dios no permite el diálogo (¿será del PP?.

En definitiva, yo reduzco dios a ese algo que me permite razonar, medir mis actos, sentirme culpable y perdonarme, no es que yo sea mi dios, pero a ese algo pinocho lo llamaba pepito grillo, yo conciencia.