
Han pasado ya 3 años, parece mucho, pero a mí me sigue costando verbalizar lo que sentí aquel día. Fue algo que mató un poco mi ilusión y cambió mi forma de entender la vida. Yo llegaba al curro y vi que tenía el móvil lleno de llamadas de todo el mundo, mensajes preguntándome si estaba bien, y si por suerte lo estaba. Con la radio como banda sonora iban llegando las cifras de los muertos, cada vez más dolorosa, llegaban los oficinistas a tomarse su café con tristes de noticias de compañeros. Se oía de fondo las ambulancias que corrían y volaban por la Castellana, mientras un nudo de impotencia y lágrimas crecía en mi voz. Cuando salí de trabajo me fui andando hasta Atocha, como si tuviera la necesidad de comprobar que era cierto toda aquello y no solo era verdad, sino que era peor todavía. Luego llegaron las mentiras y la tensión y se quedaron para siempre en nuestra vida. No pusimos nunca demasiadas flores ni velas, ni dejamos suficientes mensajes para recordar a todas esas personas... Agradezco que hoy se hayan ahorrado todas las imágenes de aquel día..
1 comentario:
No me lo va sa creer Pablo... pero ayer la dependienta del StarBucks me invitó al café MoKa ke había pedido para desayunar...
creo q me iría mejor de hetero, ke krees? me hago HeteroDesos? JEJE
1ABRAZO!
Publicar un comentario