Puse encima de la mesa la situación. Las manos boca abajo, cubriendo la resignación que me amparaba.
No pudo ser, no pudo ser. No tenía otra alternativa. Pero mostrar las cartas a la primera me hubiera convertido en un ser todavía más vulnerable.
Ni mi agonía vital, ni mi huída constante servirían de nada.
Sólo el rastreo de una existencia de razón podrían darme alguna esperanza.
Pero el cansancio se tragó todo y devoró mis pupilas, que se contraían de forma inversa al intercambio de luz. Sé que podría haber estado más arriba, esperando al resto, pero siempre he estado al final de la cola, guiando mi forma de sonreir
Las ovejas nocturnas te acompañan toda la vida, son esas historias que dan vueltas por tu cabeza,son esas noches dando vueltas en la cama buscando un hilo conductor para dormirte, son los sueños y frustraciones que uno arrastra por la vida, son unas compañeras que dan motor y sentido a este juego y son unas paranoicas que te persiguen... hay que conocerlas
miércoles, julio 01, 2009
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