Whitney nos mira. Ha vuelto. Muchos la esperábamos pacientes, tras su devenir en todos los aspectos de su vida. Y toda esa dureza se ha trasladado a su voz. Su voz cristalina ha dado paso a una voz más desgarrada, menos poderosa, pero más sentida.
Su carta de presentación es I look to you, que da nombre al single y al disco, una balada muy noventera, cuya única pega es que no tiene puente ni voz al final, pero suena sincera. No hay una máscara para esconder todo lo que ha pasado.
Incluso en la canción anteriormente filtrada: I didn't know my own strenght, se hacía evidente toda esta situación, pero llega, como nunca. Sin gorgoritos excesivos de diva, llega.
Y está funcionando en las radios yankis e imagino que lo hará en todo el mundo.
Es un placer volver a ver a dos de las más grandes: Mariah y Whitney en lo alto, dando clases de diva, voz y hacer a toda la panda de mindunguis (salvando a Beyoncé y quizás, sólo quizás, a Alicia Keys) de lo que es ser un artista.
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