La entrada al castillo estaba algo abandonada. Yo te miraba de reojo por si te daba el mismo respeto que a mí, ese foso tan alto y con una boca abierta pidiendo comernos. A mí casi me come, porque de la altura me mareé un poco. Pero el me ofreció su mano. Fue un soporte férreo. Con su tacto suave y tosco a la vez. Introduje mis dedos entre los suyos, para seguir conociendo su tacto.
Ya dentro del castillo, empezaron a inquietarme los quinientos ojos que sentía sobre mí.. ¿No oyes nada?... ¿De verdad que no?... Será sensación mía, pero yo veo ojos en las sombras y sombras bajo los ojos...
La sala en la que entramos primero estaba muy descuidada, con sillas destartaladas en un rincón y con una luz sombría planeando por toda la habitación... yo seguía teniendo miedo y reparo al lugar.Yo no soy un hombre de aventuras,es de sobra sabido por todos, que lo máximo que puedo permitirme es un wisky con unos peces de hielo, nada más... mis aventuras en el bar.., pero meterme en un castillo abandonado, con un viejo amante, supera el fetiche para convertirse en perversión... exactamente no sé que andabamos buscando.. imagino que él iba camino de las viejas salas de tortura.. yo camino de las viejas salas de tesoros... aunque los dos sabíamos que las máquinas de empalar habían desaparecido y los restos de monedas y coronas estaban en otro lugar con más solera...,pero el morbo nos acompañaba a los dos...
Él seguía pendiente de lo suyo.. en una ocasión me dijo que quería verme sufrir.. que le daba morbo... a mí me entraban dudas de si lo que realmente quería era matarme y disfrutar haciéndolo... nunca entendí esa fijación suya por mezclar dolor y placer... yo por si acaso mientras él iba perdiendose castillo adentro, desaparecí en un suspiro, esquivando los millones de ojos que nos seguían y recuperando un rato la confianza en mi mismo...