Encontré en el vestíbulo, el resto de mi cuerpo
que quedó muerto algún día, que se borró
del recuerdo, de lo que fui y lo que queda.
Y aun queda mi mancha, pegada a mi boca,
que cuando suspiro,mi mancha se borra.
No encontré el paraiso, ni el camino más cercano,
tan siquiera me encuentro, a mí mismo caminando
por la senda más limpia, por el bosque más claro.
Es más alto mi cielo, que la montaña más rota,
más elevo mi cuerpo, cuando mi alma se ahoga.
Y mi mancha respira, aguardando mi boca,
un recuerdo que vuelve,cuando mi mancha
Se convierte en una luz, que me llama y me guía,
yo transporto mi cuerpo, hasta esa dimensión.
Y mi mancha se oscure, se convierte en mi alma,
queda tendida en el suelo, de espaldas a la cama.
No queda ya nadie, donde guardar los besos,
no queda ya nadie, no quedan ya versos....
tu sabes donde voy, he dejado mi mancha, para que me sigas..
Las ovejas nocturnas te acompañan toda la vida, son esas historias que dan vueltas por tu cabeza,son esas noches dando vueltas en la cama buscando un hilo conductor para dormirte, son los sueños y frustraciones que uno arrastra por la vida, son unas compañeras que dan motor y sentido a este juego y son unas paranoicas que te persiguen... hay que conocerlas
jueves, julio 17, 2008
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