Hay sinceridad. Hay mentiras.Hay luces y sombras.Hay decepciones y huidas a la desesperada. Hay hombros de amigos y amigos perdidos.Hay camino.No hay camino.Hay comprensión.Hay drama.Hay exageración.No hay ponderación.Hay cansancio.No hay término medio.O estás conmigo o contra mí.

Un beso repetido 20 veces, acurrucado en tu regazo.

En cierto momento del día la oscuridad planea por mi cabeza, la hartura se jacta de sus logros y escucho a las hienas reirse detrás de mí. Todo porque una vez tuve un plan. Un plan magnífico para mí mismo, pero sin trazos, ni bocetos, ni esquemas. Sólo un plan, no consistía en viajar a la luna, ni en hacerme rico, ni en ser una estrella de rock and roll ni mucho menos escaparme volando en parapente. Era un plan perfecto para mi mismo. Puse todo mi empeño en no fracasar. Pero cada tarde la oscuridad planea por mi cabeza y vuelvo a fracasar. Será el ocaso del silencio, el rumor de lo que no llega, de lo que permanece latente esperando fracasar.
La felicidad es un plan demasiado perfecto.

Partiendo desde la colectividad llegué hasta mi mismo, un poquito lejos de donde estaba

Hay personas que te marcan, te imponen y por alguna razón: sexual, sensual, intelectual, te provocan inseguridad y te ponen nervioso. También hay personas que cuando sueñas con ellas, te enamoras un poco a través de ese sueño. Habiendo sentido tanto, que al despertar hasta te avergüenzas. Pero esas personas no son las mismas durante la letargia y la vigilia, son ecos de si mismas, deseos personales y frustraciones variadas.Nunca hay que desestimar la vida que vivimos mientras soñamos, es otra vida vivida, concesiones del azar, del surrealismo y de la fantasía. Son vidas como caminos que concurren entre si.
Al fin y al cabo, es necesario llevarse a la cama los dolores diarios, para difuminarlos en la memoria.

No te creas nada de lo escrito. Son visceras de antaño o del futuro, nada que ver conmigo en el fondo.

TODO VA BIEN, TODO VA BIEN, TODO VA BIEN, TODO VA BIEN, TODO VA BIEN..
Así hasta cien veces escribí del tirón, la última noche en la que nada fue bien

Se rompió el motor y las dos nos miramos asustadas, el pueblo según nuestro mapa quedaba lejos y para colmo la conversación se había vuelto punzante desde que salimos de casa. Ella se bajó del coche, dio un portazo, cruzándose de hombros mirando el humo que salía del capó. Mientras yo, aburrida ya de tanta escena y tantas tensiones, decidí quedarme sentada, con las manos apoyadas en el volante, mirando hacia otro lado, para no cruzar mi mirada con la suya.
En la radio sonaba una canción de las Bangles y Ruth en otra ocasión buscada, decidió que se marchaba andando hasta el pueblo.La opción de llamar por teléfono a la asistencia técnica no pasó por su cabeza. Mucho más dada al drama y a los giros argumentales. Preferí ver como se iba. No necesitaba retenerla a mi lado de ninguna manera.
Por lo que esperé sola a que vinieran a remolcar el coche. Esperando no volver a verla nunca más.

Por fin de nuevo soleado, de nuevo dormido sobre mi mismo, ensoñando el retorno