Las ovejas nocturnas te acompañan toda la vida, son esas historias que dan vueltas por tu cabeza,son esas noches dando vueltas en la cama buscando un hilo conductor para dormirte, son los sueños y frustraciones que uno arrastra por la vida, son unas compañeras que dan motor y sentido a este juego y son unas paranoicas que te persiguen... hay que conocerlas
lunes, abril 06, 2009
Los abrazos Necesarios
Cada película de Almodovar es una esperanza y una búsqueda. La esperanza de encontrar un mundo ajeno que nos es propio, la búsqueda de imágenes que nos definan a nosotros mismos. Tras enseñarnos la mancha que llevamos dentro, que existe en cada lápida bien limpita de cara al Día de los Muertos, de la muerte camino a la vida, de la vida camino de la muerte, nos brinda un viaje oceánico hacia los abrazos perdidos.
Los abrazos rotos sería como un caleidoscopio, donde cada uno va girando y encontrando la trama que más le gusta, para girar de nuevo el artefacto hasta encontrar otro azul u otro rojo que le exalte el corazón. Harry Caine es un personaje perfecto, con diálogos bien medidos y con una trama bien finiquitada. Su ceguera, su oscuridad es la causa y el efecto. Un mundo al que es condenado, pero al que no se resigna. El personaje de Penélope no luce, no es Raimunda, pero es que ella es la trama en si misma. Todo concierne a Lena. Nada escapa a ella.
Aunque hay personajes mal acabados, como es el de Blanca Portillo, ya que ni se entiende por qué se pone tan afligida en el momento de la confesión, ni lo de las manchas de la cara, ni se resuelve su relación de odio con Lena, ni de amor con Mateo. En algunos casos, y duele decirlo, hasta pelin sobreactuada. Pero a Blanca se lo perdonamos todo, porque en general es brillante.
El personaje de Ray X interpretado por Ochandiano, hubiera requerido una dosis más de locura, cierto es que no está loco, pero no se resuelve ni se entiende esa obsesión con Mateo, cuando todo lo solucionan con la entrega del dvd de la grabación de "Chicas y Maletas".
Pero más allá de esos cabos sueltos, que el mismo se habrá dado cuenta, pero habrá preferido mantener, para hacer más humana la cinta (en la vida real las historias no suelen concluir, ni tener coherencia). Los autohomenajes son comedidos y justos, devolvernos a Chus Lampreave en el papel de la portera testiga de Jehová no tiene precio. La escena de la lectora de labios es impagable. El revolcón bajo las sábanas, símbolo total de la asfixia de Lena, la obsesión, los celos, la tristeza, el mar quemado de Lanzarote, no la hacen una obra menor de Almodovar. Algunos la compararon a Carne Tremula (que si es bastante mediocre), estando muy a la altura de su último cine, me refiero a Hable con Ella y La mala educación. Un viaje íntimo en ambos casos, hacia los fantasmas del pasado, que perduran en el presente y es necesario resolver. Y aunque no se solucionen, el intento habrá merecido la pena.
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